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ENVEJECIMIENTO – RADICALES LIBRES-VITAMINA C

ENVEJECIMIENTO – RADICALES LIBRES-VITAMINA C

Una de las teorías más aceptadas sobre el envejecimiento se debe al daño celular producido por la exposición a los radicales libres, que son átomos o moléculas altamente reactivas por contener un electrón no apareado. Las consecuencias de estas reacciones implican la desorganización de las membranas celulares, con cambios letales para la célula.

Los Radicales Libres

Los radicales libres atacan el colágeno y la elastina, las fibras que mantienen nuestra piel suave, flexible y elástica. Además, están implicados en enfermedades degenerativas como arteriosclerosis, amiloidosis, demencia senil tipo Alzheimer, enfermedades autoinmunes y también pueden crear células mutantes, lo cual lleva en última instancia al cáncer.

Las grasas insaturadas, los reactivos químicos inhalados o incorporados al organismo por cualquier vía, ya sea por agua, alimentos, etc., los microbios, el humo del cigarrillo y otros irritantes son potenciales generadores de radicales libres.

AntioxidantesTenemos una gran variedad de nutrientes y otras sustancias presentes en los alimentos naturales, que desempeñan una acción protectora contra los radicales libres sumamente potente y efectiva como son los antioxidantes.

Estos nos protegen de los radicales libres neutralizándolos. Eso ocurre cuando incorporamos suficiente cantidad de vitaminas, como Vit. E, Vit. C, betacarotenos (precursor de la Vit A), metabolitos intermediarios como la coenzima Q-10, minerales como el selenio, azufre, magnesio y zinc, aminoácidos como la metionina y la cisteína y una gran diversidad de flavonoidesque ejercen una acción antirradical libre muy importante que no deben de faltar en nuestra dieta o en forma de suplementos nutricionales.
La coenzima Q10

Nuestro organismo produce sustancias como la Superóxido Dismutasa (SOD) y el Glutatión Peroxidasa (GP), que son enzimas que contrarrestan los RL. Estas enzimas, sin embargo, son por si mismas inestables y no son específicamente útiles porque se metabolizan rápidamente y son absorbidas fácilmente. Es por eso que podemos por medios exógenos (desde fuera del organismo) suplir la falta de dichas enzimas para que su función siga cumpliéndose.

La coenzima Q10 es una sustancia semejante a las vitaminas, se halla en todas las células del organismo. Es un potente antioxidante endógeno que se encuentra principalmente en el interior de las mitocondrias celulares. Se la conoce como ubiquinona y ejerce dos funciones de vital importancia: transporta los electrones implicados en la producción de energía y protege a las células contra los radicales libres que se producen durante el metabolismo. Nuestro organismo puede sintetizar coenzima Q10 en forma endógena, pero también podemos complementar dicha producción mediante el aporte de ella.

Mantener los niveles normales de coenzima Q10 en el organismo resulta fundamental para evitar el cansancio y la fatiga crónica debido a falta de actividad mitocondrial que reduce la producción de ATP, el combustible energético por excelencia. El corazón, cerebro y músculos son al parecer los más afectados por el descenso de los niveles de coenzima Q10 que se relaciona con el envejecimiento; por otro lado hay que destacar que estudios llevados a cabo en ratones han demostrado que los suplementos con coenzima Q10 prolongaban la esperanza de vida de estos animales.

Un equipo de investigadores de varias Universidades Norteamericanas, liderado por C. W. Shults de la Universidad de California, San Diego, publica en la revista Archives of Neurology, los resultados de un complejo ensayo en el que han analizado los efectos de la administración oral de la coenzima Q10 a pacientes con enfermedad de Parkinson en fase inicial, viendo como se lentifica de forma importante el ritmo del deterioro funcional

Perfusiones de vitamina C para la estimulación eficaz del sistema inmunitario

 Debido a su excelente propiedad inmunoestimulante, la vitamina C – especialmente la administrada parenteralmente está ganando progresivamente en significado no solo en oncología y reumatología, también acorta la duración de la convalecencia después de infecciones bacterianas o virales y retrasa el proceso natural de envejecimiento.

Ya en 1977 pudo demostrarse que, por influencia de la vitamina C, hay un aumento significativo de la producción de anticuerpos importantes (IgA, IgM e IgG) para la defensa humoral contra las infecciones . Se demostró que se podía activar intensamente la motilidad de los leucocitos neutrófilos mediante la administración de altas dosis de vitamina C y, en consecuencia, también mejorar la respuesta inmunitaria celular.

Pudo demostrarse un recuento disminuido de células asesinas naturales en personas sometidas a estrés emocional o físico, en las que padecen cansancio crónico o se exponen a contaminantes medioambientales. Dichas células representan otro pilar importante para el sistema inmunitario (la llamada defensa inespecífica).

Un estudio realizado en 1997 demostró que la administración continuada a altas dosis de vitamina C producía de nuevo una actividad normal, o incluso aumentada, de las células asesinas en la mayoría de estos pacientes . Se han publicado hasta ahora multitud de artículos que se centran en las propiedades antioxidantes de la vitamina e informan detalladamente sobre el efecto positivo de la vitamina C en el sistema inmunitario.

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